La prensa como instrumento de la Transición española
Actualizado: 18 ene 2021
La prensa cobra su mayor protagonismo con el fin del régimen franquista y la llegada de la Transición
Irene Gómez Díaz
Siglo XXI
Portadas de la prensa duranta la Transición
A partir de 1975, la prensa pasa a ser la protagonista de la transición política y la llegada de la democracia. Su importancia estalla con las elecciones constituyentes de junio de 1977. El panorama nacional estaba agitado por la muerte de Franco, el asesinato de Carrero Blanco a manos de ETA y las tasas de paro e inflación en constante alza; y así lo estaba tambiñen el plano internacional con el fin de la Revolución de los Claveles en Portugal y la Marcha Verde de Marruecos por el Sahara.
La prensa, como ya habíamos observado en la última etapa de la dictadura, comenzaba a dar voz a las principales corrientes de opinión que afloraban en la sociedad española. Durante este periodo de transición, la prensa funcionará como aparato de estabilización y de impulso para la instauración de la ansiada democracia. El Rey, Juan Carlos I, se postulaba como salvador y gran esperanza para caminar hacia la democracia. En su primer gobierno, Arias Navarro pasó a ser presidente y Fraga ministro de la Gobernación.
El mismo Fraga participó en el origen del nuevo diario El País, que nace el 4 de mayo de 1976 con Juan Luis Cebrián como director -previamente subdirector de Informaciones-. El periódico se presentaba como liberal, independiente y de calidad al estilo del antiguo El Sol. El País fue un diario rígido el tiempos de incertidumbre y de caos, en el que la sociedad demandaba mucha información.
Adolfo Suárez, director de TVE, llega al Gobierno en julio de 1976. A principios de 1977 se amplió la libertad de expresión y mediante decreto-ley de 12 de abril se legalizó el Partido Comunista de España. En las elecciones de junio de 1977 se impone la UCD. Si analizamos los resultados desde el punto de vista periodístico, podemos observar que UCD, ganador de las elecciones, había sido apoyado por el exitoso diario Ya. El partido Alianza Popular de Fraga fue derrotado en todos los sentidos. ABC, que entraba con el pie izquierdo a la Transición, había apoyado la campaña de este partido. Por su parte, El País, el semanario Cambio 16 y el nuevo Diario 16 eran considerados más o menos próximos al PSOE, aunque habían respaldado las líneas políticas generales de Suárez. Finalmente, Triunfo pidió el voto para la izquierda genéricamente.
Tras cumplir su papel durante las elecciones, los medios abrieron sus brazos a un periodo en el que primarían las opiniones y las crónicas sobre la vida política. Periódicos como El País o la revista Triunfo se adaptaron bien a este género rescatado, mientras que ABC no logró hacerlo. Con el paso del tiempo, adecuaría su discurso a los defensores de una derecha moderada. La publicación que no logró situarse en este panorama fue Informaciones, que vio como El País se apropiaba de su terreno. Sus crisis internas lo hicieron desaparecer en 1980.
La Vanguardia, líder en Barcelona, se adapta bien a los nuevos tiempos y se acerca a la burguesía industrial barcelonesa, lejos de las agitaciones que sufría Madrid. El periódico superó sin grandes traumas la prueba de la Transición y logró establecer una razonable convivencia con las principales fuerzas políticas de la democracia: el centrismo, el nacionalismo catalán y hasta el socialismo. Al rededor de los 80 tuvo que hacer frente a la competencia que le generaba El País con su edición barcelonesa y El Periódico de Catalunya. Junto al éxito de estos dos diarios, nacen otros semanarios como Interviú; resurge la prensa ultraderechista con El Alcázar; o el nuevo Imparcial.
Primer número de Interviú
El clima de libertad hace resurgir a la prensa nacionalista, prohibida durante el franquismo. Los portavoces del nacionalismo catalán y del nacionalismo vasco serán las publicaciones Avui, Deia y Egin.
Las exitosas revistas se lanzan a publicar nuevos estilos. Cambio 16 publica Diario 16 el 18 de octubre de 1976. A pesar de tambalearse con varias crisis por escasa publicidad entre otras, Pedro J. Ramirez se convierte en director y sus métodos hacen resurgir al periódico. De un sector de Triunfo nace el semanario La Calle, subtitulado “el primero a la izquierda”.
La prensa escrita y en concreto las grandes cabeceras, sufrieron los efectos de la crisis económica, el aumento de competición en un mercado de demandaba mucha información y la vertiginosa transformación tecnológica con la televisión a la cabeza. La prensa sufrió también el terror de ETA y se convirtió en objetivo de los terroristas con bombas contra El País o Diario 16 y asesinatos de periodistas vascos.
Portada de Diario 16 contra ETA
Las antiguas cadenas de emisoras del Movimiento y la Organización Sindical quedaron integradas en el organigrama de RTVE. La privatización de los medios que poseía anteriormente el Estado se llevó a cabo por el primer Gobierno de Felipe González.
La presencia del Estado en el sector de la comunicación se redujo sensiblemente en los años siguientes con el cierre de los diarios que se mantenían pero sobre todo en 1989 con la supresión del monopolio televisivo de TVE y la aparición de canales de televisión autonómicos y privados.
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