¿Cómo levantar una España destruida y cuál es el papel de la prensa?
El Regeneracionismo obtuvo el reto de reformar un país que había tocado fondo y la prensa cobró especial importancia durante todo el periodo
Irene Gómez Díaz
Madrid, siglo XX
El desastre del 98 asentó entre la sociedad la sensación de que España había tocado fondo por completo. Con la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico, pero también pierde su reconocimiento de "imperio colonial". El papel de los intelectuales y la expansión de sus ideales por medio de la prensa será esencial para comprender este nuevo ciclo que se iniciaba en la historia de España.
La crisis política del 98 abre la llamada Edad de Plata de la cultura española donde destaca la generación literaria del 98 y la generación política de 1914, ambas muy comprometidas con el nuevo cambio que su nación demandaba utilizando artículos y ensayos.
Los protagonistas del turnismo fallecieron: Cánovas fue víctima de un atentado anarquista en agosto de 1897 y 6 años más tarde lo hacía Sagasta. A pesar de ello, la idea de la escuela y la educación como método de cambio y de progreso siguió muy viva gracias a figuras como Joaquín Costa. En mayo de 1902 comienza el reinado de Alfonso XIII con tan sólo 16 años. El rey abre una etapa muy importante en la historia de España ya que el monarca va a reinar y gobernar y se va a involucrar de manera especial con su país.
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Joaquín Costa, promotor de la escuela y la educación como método de cambio
El periódico El Imparcial se convirtió en el más importante e influyente entre la población. Tal era su importancia que se atrevió a lanzar una propuesta en sus páginas de modelo de regeneración con un programa y patentando siempre el lema de "Escuela y Despensa" de Costa. Elevar el nivel educativo y alfabetizar a la población se convirtió en una necesidad y en un tema recurrente en este periódico. Rafael Gasset seguía siendo su director. El primer gobierno formado tras el desastre adoptó el modelo promulgado por El Imparcial y Gasset fue nombrado ministro.
Francisco Silvela, líder del partido conservador, se convirtió en jefe de gobierno en abril de 1900. Previamente había criticado duramente la derrota militar en El Tiempo con su artículo "Sin pulso" de agosto de 1898. En él arremetía duramente contra la sociedad civil y contra la prensa por su pasividad e irresponsabilidad. Antonio Maura, otra de las figuras claves del conservadurismo de esta época, también sería un gran enemigo de la prensa. Durante el mandato de Silvela, se crearon los ministerios de Instrucción Pública y Bellas Artes y de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas con gran influencia por parte de periódicos como El Imparcial.
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Antonio Maura
Todos los periódicos y partidos tenían sus propios proyectos. Los conservadores lanzaron un proyecto llamado regeneración desde arriba liderado por Antonio Maura y marcado por el papel relevante de las élites económicas del país (los empresarios). Maura, católico y monárquico, encontró su apoyo incondicional en el periódico ABC.
Desde 1903, el ABC de Torcuato Luca de Tena destierra a La Época y se convierte en el periódico preferido entre la burguesía conservadora. Luca de Tena funda el periódico en Sevilla, donde obtendrá el mayor número de ventas. El empresario y fundador invirtió en ABC de tal manera que se convirtió en un periódico moderno con fotografías, un tamaño menor para que se pudiera llevar donde fuera, etc. Cuando Maura asume la jefatura del partido conservador, tanto él como el rey Alfonso XIII, pasaron a ser los temas protagonistas del periódico.
Es tal la relevancia que cuando el monarca decidió buscar novia por Europa, el diario cubre cada avance en la materia. La elegida, Victoria Eugenia de Battenberg, y el rey contrajeron matrimonio el 31 de mayo de 1906. Ese mismo día, cuando los reyes participaban en el desfile posterior a su boda, los anarquistas arrojaron una bomba al coche que desplazaba al matrimonio. Un periodista de ABC tomó una fotografía en el momento exacto, convirtiéndose así en la primera exclusiva española y en una exclusiva mundial que aumentó el prestigio y la fama del periódico.
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Fotografía del atentado de Alfonso XIII en ABC, primera exclusiva española
ABC y la revista Blanco y Negro forman la Prensa Española SA en 1909. La empresa, editora de ambos medios, fue creciendo y haciéndose cada vez más potente. La editorial apostó por apoyar a la industria, sobre todo a la naval, además de a figuras como Maura o Alfonso XIII. Fueron acusados de favorecer a grandes empresarios millonarios como el Marqués de Comillas.
Los liberales, o burguesía progresista, estaba, en cambio, dividida entre el proyecto de "Escuela y Despensa" promovido por El Imparcial, de Gasset, a favor de obras públicas y de la educación; el proyecto de El Liberal, de Miguel Moya, apostaba más por el cambio político y por otro lado, El Heraldo de Madrid, de José Canalejas, que deseaba un cambio en las cuestiones sociales y mejoras en las condiciones de la clase trabajadora.
El Imparcial y El Liberal se criticaban y no conseguían ponerse de acuerdo. Mientras que Prensa Española SA crecía y crecía, los liberales asumieron que debían unirse entre ellos si querían crecer como sus verdaderos rivales. De este modo, a mediados de 1906, aparece Sociedad Editorial de España, formado por El Imparcial, El Liberal y El Heraldo de Madrid que va a competir con la sociedad de Luca de Tena pero también con el auge de Maura. Los periódicos que quedaron fuera de esta asociación denominaron a la misma como "el trust de la prensa" y lo definieron como una organización empresarial con intenciones monopolistas, ya que la competencia disminuyó enormemente.
El gobierno largo de Maura (1907-1909) se caracterizó por sus continuos favores a la Iglesia y a los empresarios grandes que hizo que los liberales se unieran en bloque para hacerle frente. A pesar de parecer que el gobierno de Maura iba "viento en popa" con los apoyos de la corona, algo impredecible sucedió. En el verano de 1909, estalla la guerra de Melilla que se agravó con el Desastre del Barranco del Lobo, donde los rifeños derrotaron a las tropas españolas. Para hacerlos frente, 20.000 reservistas, que ya habían concluido su servicio militar, fueron enviados a la lucha. Sus mujeres, principalmente, se sublevaron en puntos clave de España como la estación de Atocha en Madrid o el puerto de Barcelona. La intervención del ejército para parar la revolución fue muy dura y se denominó la Semana Trágica de Barcelona. Con la necesidad de encontrar un culpable, Francisco Ferrer y Guardia fue juzgado y fusilado al acusarlo de ser el encargado intelectual de la sublevación. Los progresistas, no solo a nivel nacional sino también en los países vecinos europeos, se mostraron muy en desacuerdo con esta decisión.
El 20 de octubre de 1909, El Imparcial publicó un editorial titulado "¿Pueden ser monárquicos los liberales?¿Pueden ser monárquicos los progresistas?". Gasset creía que el apoyo a la monarquía era esencial para progresar y en ese artículo deja constancia de que si Alfonso XIII decidía mantener a Maura en el gobierno, no contaría con el apoyo liberal para turnarse. De este modo concluye el turno pacífico y el fin del acuerdo de Cánovas y Sagasta. El rey comunicó a Maura que debía dejar su cargo y se mostró muy en desacuerdo, además de dejar constancia que no contaran nunca más con él.
Canalejas, propietario de El Heraldo de Madrid, se convirtió en el nuevo jefe del gobierno (1910-1912). Para mantener al bloque liberal unido, ahora que Maura se había marchado, Canalejas debía encontrar algo por lo que luchar conjuntamente. Donde todos coincidían era en que la Iglesia debía reducir su poder e influencia. Se impulsa así la Ley del Candado de Canalejas, con la que se limitaba el número de órdenes religiosas y se promovía la educación laica. Los sectores conservadores y católicos enloquecieron con la decisión y formaron un nuevo periódico llamado El Debate (1910-1936) para expresar su profundo rechazo al jefe del gobierno y a su medida.
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José Canalejas
Ángel Herrera Oria fomentó un movimiento para que los católicos participaran en la vida política y en la educación. Se creó Editorial Católica con publicaciones como El Debate, Ya (durante la II República), COPE… Fomentaron los periódicos en todas las provincias y escribieron una serie de libros escolares acordes a sus principios y valores. En esta misma línea, se creó la Asociación Católica Nacional de Propagandistas con el fin de modernizar la doctrina respecto a la política y a la prensa. Adoptaron las armas del liberalismo para no quedarse fuera e influir en la esfera política.
La prensa republicana cobra fuerza en Madrid, Barcelona y Valencia. En Madrid, el decano de la prensa republicana era El País, fundado en 1887 por el controvertido empresario Antonio Catena. Tenía abundante publicidad e incluía el típico folletín. Tuvo importantes colaboraciones literarias, entre ellas la de los jóvenes del 98.
El 12 de noviembre de 1912, un anarquista asesina a Canalejas en la Puerta del Sol. Las izquierdas que estaban incluidas en el sistema político y las que eran antisistema se unieron en una y se abrió un periodo de fragilidad.
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Asesinato de Canalejas en la Puerta del Sol
La política española quedó en un paréntesis durante la Primera Guerra Mundial (1914). España mantuvo la neutralidad y obtuvo beneficio de ello: provocó un pequeño desarrollo económico aunque se disparó la inflación. La neutralidad se mantuvo en cuanto a no entrar en el conflicto bélico pero las derechas se mostraron afines a los germanófilos y las izquierdas a los aliados.
Durante todo este periodo, la prensa y su tirada creció muy rápido por el desarrollo de nuevas técnicas en las editoriales (impresión, modernidad en el empleo de fotografías, fijación de un precio asequible) y por las mejoras en la red ferroviaria española, que permitía distribuir los periódicos por todo el territorio geográfico nacional. Obtuvo un papel esencial para difundir las nuevas ideas y principios que regirían a una sociedad y a una clase política renovada.
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